27.12.09

Para que tú me oigas

Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas. 
   Collar, cascabel ebrio 
para tus manos suaves como las uvas.    
Y las miro lejanas mis palabras. 
Más que mías son tuyas. 
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.    
Ellas trepan así por las paredes húmedas. 
Eres tú la culpable de este juego sangriento.    
Ellas están huyendo de mi guarida oscura. 
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.    
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas, 
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.    
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte 
para que tú las oigas como quiero que me oigas.    
El viento de la angustia aún las suele arrastrar. 
Huracanes de sueños aún a veces las tumban. 
Escuchas otras voces en mi voz dolorida. 
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas. 
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme. 
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.    
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras. 
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.    
Voy haciendo de todas un collar infinito 
para tus blancas manos, suaves como las uvas.

Pablo Neruda

29.8.09

A un olmo seco

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verde le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los alamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
unden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que, rojo en el hogar, mañana
ardas, de alguna misera caseta
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hacia la mar te empuje,
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Antonio Machado

26.8.09

Muerte de Antoñito El Camborio

Voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.
Voces antiguas que cercan
voz de clavel varonil.
Les clavó sobre las botas
mordiscos de jabalí.
En la lucha daba saltos
jabonados de delfín.
Bañó con sangre enemiga
su corbata carmesí,
pero eran cuatro puñales
y tuvo que sucumbir.
Cuando las estrellas clavan
rejones al agua gris,
cuando los erales sueñan
verónicas de alhelí,
voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.

"Antonio Torres Heredia,
Camborio de dura crin,
moreno de verde luna,
voz de clavel varonil:
¿ Quién te ha quitado la vida
cerca del Guadalquivir?"
"Mis cuatro primos Heredias
hijos de Benamejí.
Lo que en otros no envidiaban
ya lo envidiaban en mí.
Zapatos color Corinto,
medallones de marfil,
y este cutis amasado
con aceituna y jazmín."
«¡Ay, Antoñito el Camborio,
digno de una emperatriz!
Acuérdate de la Virgen
porque te vas a morir.»
«¡Ay Federico García,
llama a la Guardia Civil!
Ya mi talle se ha quebrado
como caña de maíz.»
Tres golpes de sangre tuvo
y se murió de perfil.
Viva moneda que nunca
se volverá a repetir.
Un ángel marchoso pone
su cabeza en un cojín.
Otros de rumor cansado,
encendieron un candil.
Y cuando los cuatro primos
llegan a Benamejí,
voces de muerte cesaron
cerca del Guadalquivir.

Federico Garcia Lorca

23.8.09

Soneto primero

Versos de amor, conceptos esparcidos,
engendrados del alma en mis cuidados,
partos de mis sentidos abrasados,
con más dolor que libertad nacidos;

expósitos al mundo, en que, perdidos,
tan rotos anduvistes y trocados,
que sólo donde fuistes engendrados
fuérades por la sangre conocidos;

pues que le hurtáis el laberinto a Creta,
a Dédalo los altos pensamientos,la furia al mar, las llamas al abismo,

si aquel áspid hermoso no os aceta,
dejad la tierra, entretened los vientos,
descansaréis en vuestro centro mismo.

Lope de Vega

14.8.09

SIEMBRA

Cuando de mí no quede sino un árbol,
cuando mis huesos se hayan esparcido
bajo la tierra madre;
cuando de ti no quede sino una rosa blanca
que se nutrió de aquello que tú fuiste
y haya zarpado ya con mil brisas distintas
el aliento del beso que hoy bebemos;
cuando ya nuestros nombres
sean sonidos sin eco
dormidos en la sombra de un olvido insondable;
tú seguirás viviendo en la belleza de la rosa,
como yo en el follaje del árbol
y nuestro amor en el murmullo de la brisa.

¡Escúchame!
Yo aspiro a que vivamos
en las vibrantes voces de la mañana.

Yo quiero perdurar junto contigo
en la savia profunda de la humanidad:
en la risa del ñiño,
en la paz de los hombres,
en el amor sin lagrimas.

Por eso,
como habremos de darnos a la rosa y al árbol,
a la tierra y al viento,
te pido que nos demos al futuro del mundo...

(De Agua y cauce>

Miguel Otero Silva

9.8.09

AMAR SIN SER QUERIDO

Un dolor jamás dormido,
una gloria nunca cierta,
una llaga siempre abierta,
es amar sin ser querido.

Corazón que siempre fuiste
bendecido y adorado,
tú no sabes, ¡ay!, lo triste
de querer no siendo amado.

A la puerta del olvido
llama en vano el pecho herido:
Muda y sorda está la puerta;
que una llaga siempre abierta
es amar sin ser querido.

Manuel Gonzalez Prada

8.8.09

Versos sencillos (1891)

            
Yo soy un hombre sincero
de donde crece la palma,
y antes de morirme quiero
echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,
y hacia todas partes voy:
arte soy entre las artes,
en los montes, monte soy.

Yo sé los nombres extraños
de las yerbas y las flores,
y de mortales engaños,
y de sublimes dolores.

Yo he visto en la noche oscura
llover sobre mi cabeza
los rayos de lumbre pura
de la divina belleza.

Alas nacer vi en los hombros
de las mujeres hermosas:
y salir de los escombros
volando las mariposas.

He visto vivir a un hombre
con el puñal al costado,
sin decir jamás el nombre
de aquella que lo ha matado.

Rápida, como un reflejo,
dos veces vi el alma, dos:
cuando murió el pobre viejo,
cuando ella me dijo adiós.

Temblé una vez, -en la reja,
a la entrada de la viña,-
cuando la bárbara abeja
picó en la frente a mi niña.

Gocé una vez, de tal suerte
que gocé cual nunca: -cuando
la sentencia de mi muerte
leyó el alcaide llorando.

Oigo un suspiro, a través
de las tierras y la mar,
y no es un suspiro, -es
que mi hijo va a despertar.

Si dicen que del joyero
tome la joya mejor,
tomo a un amigo sincero
y pongo a un lado el amor.

Yo he visto al águila herida
volar al azul sereno,
y monrir en su guarida
la víbora del veneno.

Yo sé bien que cuando el mundo
cede, lívido, al descanso,
sobre el silencio profundo
murmura el arroyo manso.

Yo he puesto la mano osada,
de horror y júbilo yerta,
sobre la estrella apagada
que cayó frente a mi puerta.

Oculto en mi pecho bravo
la pena que me lo hiere:
el hijo de un pueblo esclavo
vive por él, calla, y muere.

Todo es hermoso y constante,
todo es música y razón,
y todo, como el diamante,
antes que luz es carbón.

Yo sé que el necio se entierra
con gran lujo y con gran llanto,-
y que no hay fruta en la tierra
como la del camposanto.

Callo, y entiendo, y me quito
la pompa del rimador:
cuelgo de un árbol marchito
mi muceta de doctor.

Jose Marti

2.8.09

Me sirve y no me sirve

 
La esperanza tan dulce
tan pulida tan triste
la promesa tan leve
no me sirve

no me sirve tan mansa
la esperanza

la rabia tan sumisa
tan débil tan humilde
el furor tan prudente
no me sirve

no me sirve tan sabia
tanta rabia

el grito tan exacto
si el tiempo lo permite
alarido tan pulcro
no me sirve

no me sirve tan bueno
tanto trueno

el coraje tan dócil
la bravura tan chirle
la intrepidez tan lenta
no me sirve

no me sirve tan fría
la osadía

sí me sirve la vida
que es vida hasta morirse
el corazón alerta
sí me sirve

me sirve cuando avanza
la confianza

me sirve tu mirada
que es generosa y firme
y tu silencio franco
sí me sirve

me sirve la medida
de tu vida

me sirve tu futuro
que es un presente libre
y tu lucha de siempre
sí me sirve

me sirve tu batalla
sin medalla

me sirve la modestia
de tu orgullo posible
y tu mano segura
sí me sirve

me sirve tu sendero
compañero.

Mario Benedetti


20.6.09

YARAVÍ

¡Ay, amor!, dulce veneno,
¡ay, tema de mi delirio,
solicitado martirio
y de todos males lleno.

¡Ay, amor! lleno de insultos,
centro de angustias mortales,
donde los bienes son males
y los placeres tumultos.

¡Ay, amor! ladrón casero
de la quietud más estable.
¡Ay, amor, falso y mudablel
¡Ay, que por tu causa muero!

¡Ay, amorl glorioso infierno
y de infernales injurias,
león de celosas furias,
disfrazado de cordero.

¡Ay, amor!, pero ¿qué digo,
que conociendo quién eres,
abandonando placeres,
soy yo quien a ti te sigo?

MARIANO MELGAR

18.5.09

Ustedes y nosotros

Ustedes cuando aman  
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial

nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual

ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez

nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien

ustedes cuando aman
son de otra magnitud
hay fotos chismes prensa
y el amor es un boom

nosotros cuando amamos
es un amor común
tan simple y tan sabroso
como tener salud

ustedes cuando aman
consultan el reloj
porque el tiempo que pierden
vale medio millón


nosotros cuando amamos
sin prisa y con fervor
gozamos y nos sale
barata la función


ustedes cuando aman
al analista van
él es quien dictamina
silo hacen bien o mal


nosotros cuando amamos
sin tanta cortedad
el subconsciente piola
se pone a disfrutar


ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial

nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual.

Mario Benedetti

A muerto Mario Benedetti

14.5.09

Rimas

 
Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.

Yo quisiera escribirle, del hombre
domando el rebelde mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.

Pero en vano es luchar, que no hay cifras
capaz de encerrarle, y apenas ¡oh hermosa!,
si teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera al oído cantártelo a solas.


Gustavo Adolfo Bécquer

4.5.09

EL ESPEJO DE AGUA

Mi espejo, corriente por las noches,
Se hace arroyo y se aleja de mi cuarto.

Mi espejo, más profundo que el orbe
Donde todos los cisnes se ahogaron.

Es un estanque verde en la muralla
Y en medio duerme tu desnudez anclada.

Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos,
Mis ensueños se alejan como barcos.

De pie en la popa siempre me vereis cantando.
Una rosa secreta se hincha en mi pecho
Y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo.

Vicente Huidobro

30.4.09

CANTAR POR CANTAR

Poseso por una resonancia,
el eco armonioso de un lugar sin ruidos,
bañado por la luz amarilla de la luna llena:
una roca de grafito refleja sus destellos
y ella se mira en este espejo sin nubes por testigo.
Poseso por una resonancia,
alguien dentro de mi aparece y me transforma,
una risa de otro que recoge la luz preferida por la luna.
Puedo oír el eco del silencio absoluto,
Es el sonido de la sombra de la hierba
Iluminada por el metal de esta luna precisa.
Poseso por una resonancia,
El tiempo transcurre en varios ritmos, pero no hay
pasado en este cuento,
alguien que soy yo, dentro de mi aparece
y me dicta cosas que ignoro.
Y obedezco.

Dario Jaramillo Agudelo

19.4.09

ESTAR ENAMORADO

Estar enamorado, amigos, es encontrar el nombre
justo de la vida.
Es dar al fin con la palabra que para hacer frente a
la muerte se precisa.
Es cobrar la llave oculta que abre la cárcel en que
el alma está cautiva.
Es levantarse de la tierra con una fuerza que
reclama desde arriba.
Es respirar el ancho viento que por encima de la
carne se respira.
Es contemplar desde la cumbre de la persona la
razón de las heridas.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera que
nos mira.
Es escuchar en una boca la propia voz
profundamente repetida.
Es sorprender en unas manos ese calor de la
perfecta compañía.
Es sospechar que, para siempre, la soledad de
nuestra sombra está vencida.

Estar enamorado, amigos, es descubrir dónde se
juntan cuerpo y alma.
Es percibir en el desierto la cristalina voz de un río
que nos llama.
Es ver el mar desde la torre donde ha quedado
prisionera nuestra infancia.
Es apoyar los ojos tristes en un paisaje de cigúeñas
y campanas.
Es ocupar un territorio donde conviven los
perfumes y las armas.
Es dar la ley a cada rosa y al mismo tiempo recibirla
de su espada.
Es confundir el sentimiento con una hoguera que
del pecho se levanta.
Es gobernar la luz del fuego y al mismo tiempo ser
esclavo de la llama.
Es entender la pensativa conversación del corazón y
la distancia.
Es encontrar el derrotero que lleva al reino de la
música sin tasa.

Estar enamorado, amigos, es adueñarse de las
noches y los días.
Es olvidar entre los dedos emocionados la cabeza
distraída.
Es recordar a Garcilaso cuando se siente la canción
de una herrería.
Es ir leyendo lo que escriben en el espacio las
primeras golondrinas.
Es ver la estrella de la tarde por la ventana de una
casa campesina.
Es contemplar un tren que pasa por la montaña con
las luces encendidas.
Es comprender perfectamente que no hay fronteras
entre el sueño y la vigilia.
Es ignorar en qué consiste la diferencia entre la
pena y la alegría.
Es escuchar a medianoche la vagabunda confesión
de la llovizna.
Es divisar en las tinieblas del corazón una pequeña
lucecita.

Estar enamorado, amigos, es padecer espacio y
tiempo con dulzura.
Es depertarse una mañana con el secreto de las
flores y las frútas.
Es libertarse de sí mismo y estar unido con las otras
criaturas.
Es no saber si son ajenas o si son propias las
lejanas amarguras.
Es remontar hasta la fuente las aguas turbias del
torrente de la angustia.
Es compartir la luz del mundo y al mismo tiempo
compartir su noche obscura.
Es asombrarse y alegrarse de que la luna todavía
sea luna.
Es comprobar en cuerpo y alma que la tarea de ser
hombre es menos dura.
Es empezar a decir siempre y en adelante no volver
a decir nunca.
Y es además, amigos míos, estar seguro de tener las
manos puras.


Francisco luis Bernárdez

14.4.09

CAMPESINA

 
Entre los surcos tu cuerpo moreno
es un racimo que a la tierra llega.
Torna los ojos, mírate los senos,
son dos semillas ácidas y ciegas.


Tu carne es tierra que será madura
cuando el otoño te tienda las manos,
y el surco que será tu sepultura
temblará, temblará, como un humano


al recibir tus carnes y tus huesos
-rosas de pulpa con rosas de cal:
rosas que en el primero de los besos
vibraron como un vaso de cristal-.


La palabra de qué concepto pleno
será tu cuerpo? No lo he de saber!
Torna los ojos, mírate los senos,
tal vez no alcanzarás a florecer.


Pablo Neruda

7.4.09

Vamos juntos

Con tu puedo y con mi quiero 
vamos juntos compañero

compañero te desvela
la misma suerte que a mi
prometiste y prometí
encender esta candela

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

la muerte mata y escucha
la vida viene después
la unidad que sirve es
la que nos une en la lucha

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

la historia tañe sonora
su lección como campana
para gozar el mañana
hay que pelear el ahora

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

ya no somos inocentes
ni en la mala ni en la buena
cada cual en su faena
porque en esto no hay suplentes

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

algunos cantan victoria
porque el pueblo paga vidas
pero esas muertes queridas
van escribiendo la historia

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero.


Mario Benedetti

31.3.09

Proverbios y Cantares XXIX

Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.

Antonio Machado

28.3.09

Si para recobrar lo recobrado

Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,


si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.


Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.


Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.


Francisco luis Bernárdez


26.3.09

Coplas de Don Jorge Manrique por la muerte de su padre

             [I] 

Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte,
contemplando
cómo se passa la vida;
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer;
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer;
cualquiere tiempo passado
fue mejor



[III]

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
qu'es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.



Jorge Manrique

22.3.09

"¡Ah de la vida!"...¿Nadie me responde?

Represéntase la brevedad de lo que se vive
y Cuán nada parece lo que se vivió


"¡Ah de la vida!"...¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde,
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será, y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, juntos
pañales y mortajas, y he quedado
presente sucesiones de difunto.

Francisco de Quevedo

21.3.09

LO FATAL

 
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos...

Rubén Darío

17.3.09

Busco en la muerte la vida

Busco en la muerte la vida,
salud en la enfermedad,
en la prisión libertad,
en lo cerrado salida
y en el traidor lealtad.

Pero mi suerte, de quien
jamás espero algún bien,
con el cielo ha estatuido,
que, pues lo imposible pido,
lo posible aún no me den.

Miguel de Cervantes

Que consuela a un celoso

QUE CONSUELA A UN CELOSO, EPILOGANDO
LA SERIE DE LOS AMORES

Amor empieza por desasosiego,
solicitud, ardores y desvelos;
crece con riesgos, lances y recelos,
susténtase en llantos y de ruego.

Doctrinanle tibiezas y despego,
conserva el ser entre engañosos velos,
hasta que con agravios o con celos
apaga con sus lágrimas su fuego.

Su principio, su medio y fin es éste;
pues ¿por qué, Alcino, sientes el desvío
de Celia que otro tiempo bien te quiso?

¿Qué razón hay de que dolor te cueste,
pues no te engañó Amor, Alcino mío,
sino que llegó el término preciso?

Sor Juana Ines de la Cruz

16.3.09

Soneto IV

Era la alegre víspera del día
que la que sin igual nació en la tierra,
de la cárcel mortal y humana guerra,
para la patria celetial salía;

y era la edad en que más viva ardía
la nueva sangre que mi pecho encierra,
cuando el consejo y la razón destierra
la vanidad que el apetito guía,

cuando Amor me enseñó la vez primera
de Luciana en su sol los ojos bellos
y me abrasó como si rayo fuera.

Dulce prisión y dulce arder por ellos;
sin duda que su fuego fue mi esfera,
que con verme morir descanso en ellos.

Lope de Vega

15.3.09

Gozar, y no morirse de contento

Gozar, y no morirse de contento,

sufrir, y no vencerse en el sollozo:

¡oh qué ejemplar severidad del gozo

y qué serenidad de sufrimiento!

Dar a la sombra el estremecimiento,

si a la luz el brocal del alborozo,

y llorar tierra adentro como el pozo,

siendo al aire un sencillo monumento.

Anda que te andarás, ir por la pena,

pena adelante, a pena y alegrías

sin demostrar fragilidad ni un tanto.

¡Oh la luz de mis ojos qué serena!:

¡qué agraciado en su centro encontrarías

el desgraciado alrededor del llanto!

Miguel Hernández

Soneto del amor victorioso

Ni el tiempo que al pasar me repetía
que no tendría fin mi desventura
será capaz con su palabra obscura
de resistir la luz de mi alegría,

ni el espacio que un día y otro día
convertía distancia en amargura
me apartará de la persona pura
que se confunde con mi poesía.

Porque para el Amor que se prolonga
por encima de cada sepultura
no existe tiempo donde el sol se ponga.

Porque para el Amor omnipotente,
que todo lo transforma y transfigura,
no existe espacio que no este presente.

(De La ciudad sin Laura)

Francisco luis Bernárdez