21.3.09

LO FATAL

 
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos...

Rubén Darío

17.3.09

Busco en la muerte la vida

Busco en la muerte la vida,
salud en la enfermedad,
en la prisión libertad,
en lo cerrado salida
y en el traidor lealtad.

Pero mi suerte, de quien
jamás espero algún bien,
con el cielo ha estatuido,
que, pues lo imposible pido,
lo posible aún no me den.

Miguel de Cervantes

Que consuela a un celoso

QUE CONSUELA A UN CELOSO, EPILOGANDO
LA SERIE DE LOS AMORES

Amor empieza por desasosiego,
solicitud, ardores y desvelos;
crece con riesgos, lances y recelos,
susténtase en llantos y de ruego.

Doctrinanle tibiezas y despego,
conserva el ser entre engañosos velos,
hasta que con agravios o con celos
apaga con sus lágrimas su fuego.

Su principio, su medio y fin es éste;
pues ¿por qué, Alcino, sientes el desvío
de Celia que otro tiempo bien te quiso?

¿Qué razón hay de que dolor te cueste,
pues no te engañó Amor, Alcino mío,
sino que llegó el término preciso?

Sor Juana Ines de la Cruz

16.3.09

Soneto IV

Era la alegre víspera del día
que la que sin igual nació en la tierra,
de la cárcel mortal y humana guerra,
para la patria celetial salía;

y era la edad en que más viva ardía
la nueva sangre que mi pecho encierra,
cuando el consejo y la razón destierra
la vanidad que el apetito guía,

cuando Amor me enseñó la vez primera
de Luciana en su sol los ojos bellos
y me abrasó como si rayo fuera.

Dulce prisión y dulce arder por ellos;
sin duda que su fuego fue mi esfera,
que con verme morir descanso en ellos.

Lope de Vega

15.3.09

Gozar, y no morirse de contento

Gozar, y no morirse de contento,

sufrir, y no vencerse en el sollozo:

¡oh qué ejemplar severidad del gozo

y qué serenidad de sufrimiento!

Dar a la sombra el estremecimiento,

si a la luz el brocal del alborozo,

y llorar tierra adentro como el pozo,

siendo al aire un sencillo monumento.

Anda que te andarás, ir por la pena,

pena adelante, a pena y alegrías

sin demostrar fragilidad ni un tanto.

¡Oh la luz de mis ojos qué serena!:

¡qué agraciado en su centro encontrarías

el desgraciado alrededor del llanto!

Miguel Hernández

Soneto del amor victorioso

Ni el tiempo que al pasar me repetía
que no tendría fin mi desventura
será capaz con su palabra obscura
de resistir la luz de mi alegría,

ni el espacio que un día y otro día
convertía distancia en amargura
me apartará de la persona pura
que se confunde con mi poesía.

Porque para el Amor que se prolonga
por encima de cada sepultura
no existe tiempo donde el sol se ponga.

Porque para el Amor omnipotente,
que todo lo transforma y transfigura,
no existe espacio que no este presente.

(De La ciudad sin Laura)

Francisco luis Bernárdez