¿Y sí durmieras?
¿Y sí en el sueño soñaras?
¿Y sí en el sueño, fueras al cielo,
¿Y allí cogieras: una extraña y
Dulce flor?
¿Y sí al despertar, tuvieras,...
Esa flor en la mano?
Samuel Taylor Coleridge”.
Amorosos y Dulces Sueños
Así son mis versos, dulces como nuestros sueños.
Que permiten salvarnos de angustias y soledades.
Luchando siempre por nuestros sentimientos.
Soñar que soñamos. Vivir gozando de ensueños.
Adiós infundados temores de nuevos amores.
Con nuevos sueños soñados juntos.
Así eres tú, mi dulce y bella flor.
Así soy yo, tu soñador poeta y amante.
Así es nuestro bello amor.
No nos debiera interesar ni el pasado, ni el futuro.
Despertemos juntos como dulces flores.
Que se cultivaron en bellos atardeceres.
De dulces estrellas, y claros cielos.
Con cálidos colores del arco iris.
Con bellezas de colibríes y trinos de aves cantarinas.
En verdes praderas de ríos caudalosos.
Con sierras y paisajes hermosos.
Son marcos celestiales de estos amores.
Fríos invernales y pasiones ardientes.
Que se atemperan para estos amores.
De grandes alturas y de cielos voladores.
De santos y dioses, de gentes sencillas.
De esperanzas y goces, nuevas realidades.
De diablitos y angelitos, puros y traviesos.
¿Y sí al final, me amaras, cómo yo te amo?
¿Y sí de todas maneras, me quisieras?
¡Cómo yo te quiero! Y sí ¿sólo para empezar?
Dejarías que te siga amando...
Luis Esteban Slée Egúsquiza, Para Vilma en Cusco, Perú
Lima, Perú 31 de diciembre del 2000.