29.8.09

A un olmo seco

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verde le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los alamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
unden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que, rojo en el hogar, mañana
ardas, de alguna misera caseta
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hacia la mar te empuje,
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Antonio Machado

2 comentarios:

Nelson dijo...

"Mi corazón espera
también hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera."
La naturaleza, fiel amiga, la mejor consejera... buen poema mi estimado amigo. Gracias por compartirlo. Saludos desde Venezuela.

Helen Maran dijo...

hola amigo, mi visita es para decirte que mi blog Meditaciones en el Mar Rojo cumplió su 1er aniversarío y te einvito a que recojas premios y regalos que quiero compartir contigo,abrazos de luz desde israel te desea , helen.