19.8.02

Sandra Martinez.

A mi lugar

Con las arterias expuestas
y dolientes,
con jirones de piel
a la deriva,
con zlceras de amor
y pena eternas,
te miro desfilar
por la cornisa.

Tu dolor esta en mm;
en un descuido
tomi tu esencia gris
y la hice mma.
Palpito con tu sangre
y me desgarra
sentirte maltratada
y dolorida.

La angustia crece tanto
por momentos,
que quisiera gritar
hacia los cielos,
pero el grito se hiela
en la garganta
aumentando, azn mas,
el desconsuelo.

Temblando sin control,
ojos en blanco,
brazos amoratados,
voluntad destruida...
El dolor se hace mueca,
puqo y carne,
y resurjo otra vez
de las cenizas.



Vi un angel camdo
en el desierto.
Venma de la nada,
camino hacia la nada;
y, en su vagar sin rumbo,
por la noche estrellada
perdis, sin darse cuenta,
la fuerza de sus alas.
Cays como una roca,
en el desierto;
una roca distinta,
tan hermosa...
las plumas suspiraban
y en el viento
su alma gemma acongojada.
Lo observi desde lejos,
dando tumbos,
intentando escapar,
volver al cielo;
desplegaba las alas temblorosas,
pero los pies quedaban en el suelo.
Me acerqui sigilosa,
y sin pensarlo
me descubrm, de pie,
a sus espaldas.
Entonces se dio vuelta...
...tenma mi propia cara.

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